A un año de su inesperado triunfo en las presidenciales en Argentina, Javier Milei ha consolidado su imagen de político excéntrico, impulsivo e inflexible, y ha cumplido muchas de sus promesas de campaña, incluido un severo plan de ajuste y un inédito desguace del Estado que, sin embargo, no han dañado significativamente su popularidad.
Tras el cierre de los colegios electorales el 19 de noviembre de 2023, un rumor cada vez más fuerte comenzó a circular por los estudios de televisión, las sedes de campaña y las calles de toda Argentina: Javier Milei había arrasado en las elecciones y sería el nuevo presidente.
“No hay lugar para el gradualismo, no hay lugar para la tibieza, no hay lugar para las medias tintas”, dijo aquella noche tras consagrarse con el 56 % de los votos, en un discurso en el que prometió que cumpliría “a rajatabla” con los compromisos que había asumido durante la campaña.
