El aparente impacto con un pájaro y el fallo del tren de aterrizaje son puntos claves para entender el accidente sufrido el domingo por el vuelo 7C2216 de la surcoreana Jeju Air, siniestro rodeado aún de incógnitas que ha dejado 179 fallecidos y solo dos supervivientes, golpeando con dureza a familias enteras.
Posibles causas
Seis minutos antes de aterrizar, salirse de pista y estallar al chocar contra un muro, el vuelo 7C2216, un Boeing 737-800, recibió de la torre de control del aeropuerto de Muan (290 kilómetros al suroeste de Seúl) una alerta de riesgo aviario, que se emite cuando se detecta una gran bandada de pájaros o aves de gran tamaño en torno a la trayectoria del avión.
Dos minutos después, el capitán emitió un «mayday» o alerta de socorro antes de aterrizar sin desplegar el tren de aterrizaje ni aparentemente otros mecanismos de frenado, como los spoilers (las placas móviles situadas en la parte superior de las alas que aumentan la resistencia al aire) o el empuje inverso de los motores (que desvía la dirección del escape y reduce la aceleración).
