El presidente Donald Trump ha informado a sus asesores en la Casa Blanca y a miembros de su gabinete que Elon Musk dejará su cargo en el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) en las próximas semanas. De acuerdo con reportes de Politico y ABC News, su salida no responde a un problema de desempeño, sino a su intención de regresar a sus negocios.
Sin embargo, su partida coincide con el creciente malestar dentro de la administración Trump y entre algunos aliados externos, quienes consideran que la actitud impredecible del empresario lo ha convertido en una carga política. A esto se suma la reciente caída del 13% en las ventas de Tesla durante el primer trimestre del año, un descenso que algunos atribuyen a su papel en el despido de miles de empleados federales. En respuesta, decenas de personas han protestado en concesionarios de la empresa, expresando su descontento con su participación en el gobierno.
Musk se desempeña como “empleado gubernamental especial”, un cargo que no puede superar los 130 días de duración. Su posible salida fue insinuada por Trump el pasado lunes, cuando destacó la importancia del empresario, pero también reconoció que debía volver a dirigir su compañía en algún momento, lo que sugiere que su retiro podría ocurrir pronto.