Los favoritos de las bases del PRM son mayormente Carolina, Tony y Wellington
Por Héctor Javier Díaz
Nos ha tocado estar en el corazón de las bases del Partido Revolucionario Moderno (PRM), y sabemos de primera mano que, muchas veces, una cosa es lo que dicen ciertas encuestas pagadas, y otra muy distinta es la realidad que se vive a nivel de base.
El hecho de que 15 de los 27 senadores del PRM hayan externado sus preferencias entre los posibles presidenciables no tiene gran peso si se toma en cuenta que muchos de ellos, una vez ganan o se reeligen en sus senadurías, se desconectan por completo de las bases. Se manejan con posturas políticas vacías, con «allante», promesas y movimientos mediáticos… hasta que llega el próximo proceso electoral y vuelven con el mismo cuento de 2020 y 2024.
La verdad es que una gran parte de esos senadores no gozan de credibilidad ni arrastre real dentro de las bases del partido, donde crece el hartazgo y el cansancio de sentirse utilizados cada cuatro años, solo como maquinaria de voto, sin reconocimiento ni retribución real.

Una radiografía honesta del sentimiento en las estructuras de base del PRM coloca con alta simpatía a figuras como Tony Peña Guaba, Carolina Mejía y Wellington Arnaud. Otros posibles aspirantes tienen menos aceptación. En cambio, entre las bases ronda un fuerte temor de que se intente imponer candidaturas como la de la vicepresidenta Raquel Peña o la del actual ministro David Collado, lo cual sería visto como una falta de respeto al sentir colectivo del partido.

Muchos militantes expresan con firmeza que esta vez sí harán valer su poder. Están decididos a no dejarse manipular. Aseguran que tomarán «el dinero que se riegue», pero que al final votarán por quien les dicte su conciencia y no por quien les impongan desde arriba.
Otros miembros de las bases no se explican cómo es posible que en los medios de comunicación aparezcan dirigentes que, según ellos, han perdido toda credibilidad. Mencionan casos de altos funcionarios que, cuando no tenían un cargo, eran fervientes defensores de las bases, pero que al llegar al poder se volvieron inalcanzables, indiferentes e incluso molestos cuando reciben reclamos por WhatsApp o redes sociales.
Muchos denuncian que, en las instituciones que dirigen, esos funcionarios prohíben el acceso de los dirigentes de base más sacrificados, limitándolos a la recepción o negándoles cualquier tipo de participación o espacio.
La gran mayoría de los miembros del PRM a nivel de base dice que ya están esperando con paciencia el momento de escoger a los candidatos. Que tanto en las elecciones municipales, congresuales como en las presidenciales del 2028 harán sentir su poder con contundencia.
Esta vez no se dejarán engañar. Esta vez, las bases votarán como verdaderos dueños del partido.