Durante el primer cuatrimestre de 2025, el costo de la canasta familiar registró un incremento sostenido en todos los quintiles de ingreso, afectando por igual a los hogares de menores y mayores recursos. Según datos oficiales, los productos esenciales para la alimentación, el transporte y los servicios básicos encabezan las alzas, reflejando una presión inflacionaria que no da tregua.
Los quintiles más bajos, que destinan una mayor proporción de sus ingresos a cubrir necesidades básicas, fueron los más golpeados por el aumento de precios. Sin embargo, el fenómeno se hizo extensivo a todos los estratos socioeconómicos, lo que evidencia una tendencia generalizada de encarecimiento del costo de vida.
Entre los rubros que más aumentaron se encuentran los alimentos frescos, como frutas, verduras y carnes, además del transporte público y algunos servicios como electricidad y gas. Este comportamiento de precios ha encendido las alertas entre economistas y organismos sociales, quienes advierten que el impacto acumulado podría agudizar la vulnerabilidad de millones de hogares.
Especialistas señalan que factores como la variación del tipo de cambio, el alza en los precios internacionales de insumos y una baja en la producción agrícola nacional han influido en esta dinámica. Mientras tanto, las autoridades económicas han anunciado medidas para mitigar el impacto, aunque aún no se reflejan mejoras tangibles en los bolsillos de las familias.
El panorama plantea un desafío importante para la política pública, especialmente en lo que respecta al fortalecimiento de programas sociales y el control de la inflación. Por ahora, el mensaje es claro: la canasta familiar se ha encarecido, y el efecto se siente en todos los hogares del país.