La caravana migrante autodenominada “Divino Niño”, que partió el pasado domingo de Tapachula, reanudó su marcha por la costa de Chiapas con el objetivo de avanzar hacia el centro y norte de México. Después de haber descansado en Huixtla, un contingente de aproximadamente dos mil personas continuó su recorrido hacia Escuintla, siendo esta su siguiente parada en la ruta del Pacífico. En esta caravana, la más numerosa en menos de tres semanas, viajan migrantes de diversos países, incluyendo Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Haití, Ecuador, Venezuela, Colombia, y Cuba.
Durante el trayecto, personal de Protección Civil y del Instituto Mexicano del Seguro Social brindó atención médica, especialmente a mujeres y niños que sufren de agotamiento tras recorrer cerca de 75 kilómetros. Según Abraham Dionicio Ruíz, miembro de Protección Civil, muchas personas presentaban daños en los pies y recibieron asistencia e hidratación. Para facilitar el viaje, algunos migrantes, como el colombiano Freddy Almeida, se organizaron para comprar un triciclo que les permite cargar maletas y llevar a niños que no pueden caminar debido a las dificultades del recorrido.
Entre los testimonios, el nicaragüense Yamil Castillo explicó que decidió unirse a la caravana después de pasar meses en Tapachula sin obtener respuestas a sus trámites migratorios. Castillo, de 43 años, comentó que huyó de Nicaragua debido a la persecución política tras participar en protestas contra el gobierno de Daniel Ortega. Al igual que muchos otros, se sumó a la caravana con la esperanza de encontrar mejores oportunidades de vida y escapar de la falta de empleo en la frontera sur.
