En un mensaje contundente dirigido al mundo desde el Vaticano, el Papa León XIV instó a todos los fieles y líderes religiosos a construir una Iglesia más unida y activa frente a los desafíos del odio, la exclusión y la explotación.
«Vivimos en un sistema que margina y explota a los más vulnerables, que siembra odio donde debería haber compasión», afirmó el Pontífice ante miles de personas reunidas en la Plaza de San Pedro.
León XIV, conocido por su tono directo y su defensa de los derechos humanos, aseguró que «la Iglesia no puede ser neutral cuando el sufrimiento de los pobres se vuelve estructural». También hizo un llamado urgente a los gobiernos y a las instituciones para que combatan las raíces de la desigualdad, señalando que «la indiferencia es el gran pecado de nuestra época».

