INFOBAE. – Una de las mentes más brillantes de estos tiempos y quien predijo hace años que un tipo de virus podría poner en jaque a gran parte del planeta, señaló que aún “hay una ventana abierta” para luchar contra el coronavirus y que el gobierno norteamericano debería utilizarla. Bill Gates, confundador de Microsoft y uno de los portadores de la fortuna más grande de la historia, escribió una columna para The Washington Post en la que describió la situación que viven los Estados Unidos en este momento de lucha desigual contra el coronavirus COVID-19.
Gates, quien ya en 2015 pronosticaba una situación similar a la actual, indicó que no existían dudas respecto a que Estados Unidos había perdido la oportunidad de adelantarse al nuevo coronavirus. “Pero la ventana para tomar decisiones importantes no se ha cerrado. Las elecciones que hagamos nosotros y nuestros líderes ahora tendrán un enorme impacto en qué tan pronto comienzan a bajar los números de casos, cuánto tiempo la economía permanece cerrada y cuántos estadounidenses tendrán que enterrar a un ser querido debido a COVID-19”, expresó en su columna.
Junto a su esposa Melinda, Gates es un constante crítico del manejo que del medio ambiente hacen las autoridades de todo el mundo y de los peligros infecciosos que podrían padecer millones alrededor del mundo. “A través de mi trabajo con la Fundación Gates, he hablado con expertos y líderes en Washington y en todo el país. Me ha quedado claro que debemos dar tres pasos”, dijo el fundador de Microsoft.
“Primero, necesitamos un enfoque nacional consistente para cerrar. A pesar de las instancias de los expertos en salud pública, algunos estados y condados no han cerrado por completo. En algunos estados, las playas aún están abiertas; en otros, los restaurantes aún sirven comidas sentadas”, advirtió. Según Gates, esta realidad podría ser “la receta para el desastre”. “Debido a que las personas pueden viajar libremente a través de las fronteras estatales, también puede hacerlo el virus. Los líderes del país deben ser claros: el cierre en cualquier lugar significa el cierre en todas partes. Hasta que los números de casos comiencen a disminuir en todo Estados Unidos, lo que podría tomar 10 semanas o más, nadie puede continuar con los negocios como de costumbre o relajar el cierre. Cualquier confusión sobre este punto solo extenderá el dolor económico, aumentará las probabilidades de que el virus regrese y cause más muertes”, manifestó.
En segundo término, Gates recomendó a la Casa Blanca “intensificar las pruebas”, algo que desde el gobierno federal dicen estar implementando. “Muchas más pruebas deben estar disponibles. También debemos agregar los resultados para poder identificar rápidamente a los voluntarios potenciales para los ensayos clínicos y saber con confianza cuándo es el momento de volver a la normalidad. Hay buenos ejemplos a seguir: el estado de Nueva York recientemente amplió su capacidad a más de 20,000 pruebas por día. También ha habido algunos avances en métodos de prueba más eficientes, como el hisopo desarrollado por la Red de Evaluación de Coronavirus de Seattle, que permite a los pacientes tomar una muestra ellos mismos sin exponer a un trabajador de la salud. Espero que esta y otras innovaciones en las pruebas se amplíen pronto en todo el país”.
“El país necesita prioridades claras sobre quién se prueba. Primero en la lista deberían estar las personas en roles esenciales, como los trabajadores de la salud y los servicios de emergencias, seguidos por las personas altamente sintomáticas que tienen mayor riesgo de enfermarse gravemente y las que probablemente hayan estado expuestas”, agregó el empresario.
“Finalmente, necesitamos un enfoque basado en datos para desarrollar tratamientos y una vacuna”, recomendó Gates. “Los científicos están trabajando a toda velocidad en ambos; Mientras tanto, los líderes pueden ayudar al no alimentar rumores o compras de pánico. Mucho antes de que el fármaco hidroxicloroquina fuera aprobado como tratamiento de emergencia para COVID-19, las personas comenzaron a acumularlo, lo que dificulta encontrarlo para los pacientes con lupus que lo necesitan para sobrevivir. Deberíamos seguir con el proceso que funciona: Realice ensayos rápidos con varios candidatos e informe al público cuando lleguen los resultados. Una vez que tengamos un tratamiento seguro y efectivo, tendremos que asegurarnos de que las primeras dosis lleguen a las personas que necesitan ellos más».
Para Gates, sin embargo, es clave hallar una vacuna que ponga fin a la enfermedad de forma definitiva. “Si hacemos todo bien, podríamos tener una en menos de 18 meses, aproximadamente la vacuna más rápida que se haya desarrollado. Pero crear una vacuna es solo la mitad de la batalla. Para proteger a los estadounidenses y a las personas en todo el mundo, tendremos que fabricar miles de millones de dosis”. Y lanzó una advertencia para aquellas naciones que no poseen todos los recursos: “Sin una vacuna, los países en desarrollo corren un riesgo aún mayor que los ricos, porque es aún más difícil para ellos hacer distanciamiento físico y paros”.
“En 2015, insté a los líderes mundiales en una charla TED a prepararse para una pandemia de la misma manera que se preparan para la guerra, ejecutando simulaciones para encontrar las grietas en el sistema. Como hemos visto este año, tenemos un largo camino por recorrer. Pero todavía creo que si tomamos las decisiones correctas ahora, informados por la ciencia, los datos y la experiencia de los profesionales médicos, podemos salvar vidas y hacer que el país vuelva a trabajar”, concluyó.