El PLD con futuro incierto

PERSPECTIVA: Los últimos escándalos de corrupción que envuelven a funcionarios y familiares de Danilo Medina quedan cortos, frente a las muchas sospechas y grandes evidencias de distintos sectores nacionales sobre desmanes y violaciones imperdonables que venían ocurriendo en el gobierno recién echado del poder. No solo el endeudamiento irresponsable y los estaques frontales a la institucionalidad, también era un secreto a voces que desde la cabeza y distintos ramales del gobierno morado había un franco divorcio con lo ético-moral, con los principios boschistas que dieran origen al PLD y hasta con los intereses patrios.

Por eso se vio al Estado y los recursos públicos como una piñata, sin saber–o no querer enterarse (¿)—que no hay excusa válida para que un hermano o un cuñado del gobernante de turno pueda ser suplidor oficial y sus compañías obtener contratos del tamaño que fueren en base a que “eran empresarios”, porque, además de la delicadeza y la prudencia obligadas, es algo taxativamente prohibido.

Como el tema migratorio y de nacionalidad (sentencia del TC-168-13), pese a que se prefirió ver la frontera como un negocio y como entrega, otorgando irregularmente por decreto la nacionalidad a 750 indocumentados del vecino país (¿). Con una cúpula cuestionada y rechazada, con mucha gente encartada o por encartar en casos con méritos judiciales, el futuro y el rumbo del PLD—si los tiene lucen muy inciertos. ¿Quién saca la cabeza, quien da la cara?

Te puede interesar:   Leonel Fernández dice RD necesita quien la dirija emocionalmente; reafirma no pactará con cúpula PLD

Y si alguien se atreve a lo uno o a lo otro ¿con qué autoridad moral? No se puede hablar de profilaxis o de renovación, nada de eso vale en estos momentos, porque el daño y el desgaste han sido muy grandes. Por eso, porque saben que hay que esconder el bulto, alguien dijo que “hay que sacar al PLD de las acusaciones de corrupción” e ir hacia los que tengan responsabilidad. Otro dijo que el PLD debe “volver a Bosch” (¿). Lo primero no encaja, porque la cúpula (CP y la OTAN) eran los jefes, del partido y de los cargos públicos. Y lo otro menos, porque hablar de “volver a Bosch” sería un insulto.

Sencillo: porque se apartaron de sus postulados y lo traicionaron. Con razón el poeta Tony Raful percibe un PLD “vacío”, como “un esqueleto sin fundamentos ideológicos boschistas”, porque “los que se fueron se llevaron el espíritu y la mística”. Para él, “se aproxima el final”. Entonces, en su 47 aniversario de fundación, que no celebró, el PLD y los autores del gran daño y engaño—en un acto de contrición—debieron aprovechar para emitir un documento reflexivo pidiéndole perdón al país. Otra falla.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

4 × 4 =