REPÚBLICA/EFE .- El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, volvió a negar este martes que pretenda interferir en la Policía Federal, de lo cual fue acusado por el exministro Sergio Moro, y sin responder una pregunta mandó a los periodistas a “callar la boca”.
Bolsonaro saludó a un pequeño grupo de seguidores a las puertas del Palacio de la Alvorada, su residencia oficial en Brasilia, y se volvió luego hacia los reporteros para reclamar por lo que calificó de “prensa canalla” y “mentirosa“.
El gobernante confirmó que, tras nombrar como nuevo director de la Policía Federal al comisario Rolando De Souza, el superintendente de ese organismo en Río de Janeiro, Carlos Henrique Oliveira, dejará ese cargo y ocupará la subdirección nacional de esa institución.
El cambio del superintendente en Río era una vieja exigencia de Bolsonaro y, según Moro, es uno de los varios hechos que demuestran la “interferencia política” del mandatario en ese órgano autónomo, que es objeto de una investigación supervisada por la Corte Suprema tras la denuncia del exministro y antiguo juez.
Bolsonaro aseguró que si “tuviera algo” contra el superintendente de la Policía Federal en Río no habría sido promocionado al cargo de “segundo” de ese organismo policial y se irritó con los periodistas que intentaron hacer alguna pregunta.
“Calla la boca”, gritó al menos en tres ocasiones, frente a los frustrados intentos de los reporteros por preguntar.
“Prensa canalla, mentirosa“, exclamó antes de dejar el lugar, aplaudido por una treintena de seguidores que también agredieron verbalmente a los periodistas.
El pasado domingo, además de recibir insultos, por lo menos dos fotógrafos fueron golpeados cuando cubrían un acto organizado por seguidores de Bolsonaro, al que asistió el propio mandatario y en el que se pidió el “cierre” del Supremo y del Parlamento.
El “bolsonarismo” también exigió que sean levantadas las medidas adoptadas por gobernadores y alcaldes que restringen la circulación de personas para intentar contener al coronavirus, que ya ha dejado en el país más de 7.300 muertos y 108.620 contagiados.
Las agresiones y los insultos a los periodistas fueron condenados por todos los partidos políticos y organizaciones gremiales, y hasta el Ministerio de Defensa emitió una nota oficial en la cual afirmó que “toda agresión a profesionales de la prensa es inaceptable”.
La Fiscalía General se manifestó en el mismo sentido y ordenó investigar lo ocurrido el pasado domingo.
Ese organismo del Poder Judicial está también al frente de las investigaciones en torno a las denuncias de Moro, que podrían llevar a Bolsonaro a responder por varios delitos, entre los que figura una supuesta “obstrucción a la Justicia”.
La renuncia de Moro al Gobierno siguió a la decisión de Bolsonaro de destituir al ahora exjefe de la Policía Federal Mauricio Valeixo y nombrar en su lugar a Alexandre Ramagem, amigo de su familia.
Esse nombramiento fue anulado por la Corte Suprema, debido a la proximidad del comisario con la familia Bolsonaro, y el mandatario designó entonces para el cargo a De Souza, considerado una suerte de “brazo derecho” de Ramagem.