La UE y Rusia se reúnen en plenas tensiones por el caso Navalny

El representante de la política exterior europea, Josep Borrell, viajó a Moscú para encontrarse con su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, en un intento de deshielo de las relaciones entre las dos regiones. Sin embargo, la detención del opositor Alexéi Navalny podría ser la piedra en el zapato de este nuevo acercamiento.

«Viajo hoy a Moscú en un contexto difícil», así lo reconoció el mismo Josep Borrell, jefe de la diplomacia de la Unión Europea (UE). La reunión entre los representantes de la UE y Rusia sucede en un clima de tensión por la condena a prisión del opositor Alexéi Navalny.

Es la primera visita de un jefe de la diplomacia de la UE a Rusia desde 2017, cuando la anexión rusa de la península ucraniana de Crimea congeló las vías de diálogo entre los dos bloques.

«La visita tiene una gran importancia para las relaciones entre Rusia y la UE. En los últimos cuatro años las relaciones no han hecho más que estancarse o empeorar», comentó a la agencia EFE Andréi Gromiko, director del Instituto de Europa de la Academia de Ciencias de Rusia.

Ambas partes han reiterado su buena disposición al diálogo para este encuentro. Sin embargo, es probable que la buena disposición no baste para tratar el punto de mayor discordia: Alexéi Navalny.

El tabú de la condena al opositor Navalny

Los puntos de partida no podrían estar más alejados en el caso judicial alrededor de Alexéi Navalny. Desde el inicio, la UE se posicionó a favor del opositor, que de hecho eligió Alemania para huir de Rusia cuando fue envenenado, según él por orden de las autoridades rusas.

Rusia se mantiene firme en su condena judicial contra Navalny y en su negativa a debatir el tema con el bloque comunitario. El opositor fue detenido cuando volvió a pisar suelo ruso y recientemente recibió una condena de más de tres años de prisión por presuntamente violar su libertad condicional.

«Lo repito: no tenemos ninguna intención de tomar en cuenta las declaraciones sobre temas relacionados con la aplicación de nuestras leyes a los que las violan, ni tampoco a las que se refieren a los veredictos de nuestros tribunales», sentenció el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.

Por su parte, la UE no ha dejado de condenar la detención de Navalny y la respuesta de las autoridades rusas contra las protestas de la sociedad civil en apoyo al opositor.

El 3 de febrero, el bloque comunitario tachó de «inaceptable» la condena y valoró que respondía a «razones políticas», por lo que exigió la liberación inmediata del opositor.

Además, Borrell recordó que la UE sigue «llamando a las autoridades rusas a investigar con urgencia el intento de asesinato de Navalny», cuyo envenenamiento con el agente nervioso Novichok está confirmado pero todavía se desconoce la autoría del ataque.

Más allá de Navalny: vías de diálogo abiertas

Sin embargo, el caso Navalny no es el único tema pendiente de discusión entre Rusia y la Unión Europea. La pandemia, que tantas tensiones ha traído, podría ser paradójicamente un trampolín para que la UE y Rusia se tiendan la mano.

Tanto Alemania como Francia expresaron su interés en la vacuna desarrollada en Rusia, Sputnik V, que muestra una efectividad de más del 91 % según los estudios recientes publicados en la revista médica The Lancet. Sin embargo, todavía falta que el fármaco sea aprobado por la Agencia Europea de Medicamentos.

Además, tanto Borrell como su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, le han apostado a rebajar la dureza de sus interacciones en pro a solucionar los problemas donde sus opiniones están encontradas en el tablero internacional.

Lavrov, por ejemplo, recordó que «pese a todas las dificultades, el punto de no retorno no ha sido cruzado» en las relaciones con Bruselas y los países europeos.

Si en el caso Navalny no puede haber acercamiento, quizás sí lo habrá en otros conflictos internacionales, como Siria, Libia o Ucrania. También hay posiciones cercanas en lo que respecta al acuerdo nuclear internacional con Irán, ya que ambas partes, por ejemplo, abogan que Irán cumpla con lo establecido en 2015 y están predispuestos a la colaboración para lograr este objetivo.

Relaciones tensas desde el conflicto ucraniano

Las expectativas son altas para este encuentro, a pesar del escollo que supone la detención de Navalny. Las acusaciones cruzadas y el desacuerdo prima en las relaciones entre Rusia y la Unión Europea desde que el país liderado por Vladimir Putin anexionó la república ucraniana de Crimea, una anexión que ha sido tachada de ilegal.

Este conflicto provocó una «falta de confianza», según las palabras del propio Borrell, entre las dos regiones, que hace que ambos se vean como «rivales y competidores» antes que como «socios».

La crisis de Ucrania, que estalló en 2014, llevó a que la UE impusiera una serie de sanciones económicas sobre Rusia a las que Putin respondió con otros embargos sobre productos europeos. Ambas medidas se prolongan hasta la fecha.

Precisamente, el bloque comunitario espera a las conclusiones del encuentro entre Borrell y Lavrov para decidir si adoptan nuevas sanciones.

Con EFE y Reuters

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