Por: Asela María Lamarche

MONTECRISTI, 1:30 PM.

En Montecristi, la tierra de uno de mis heroes favoritos, el General Desiderio Arias, » El hombre que le gustaba ganar la guerra pero con honor » y quien desafio a Trujillo como nadie se atrevio, lo que le valio le cortaran la cabeza y se la llevaran en una bandeja de plata, como cuenta una de sus leyendas, Roberto Fulcar, es feliz.
Cuando el sol » pica » y el hambre tambien, el alto funcionario, no lo piensa dos veces, y le echa mano a este sabroso guineo que con mucho carino le ofrecen en la tierra de mi admirado Desiderio.
Lo veo y me sonrio.
Y me encanta ver esta imagen de el.
Porque cuando se habia visto algo asi?
A un Ministro de Educacion comiendo un simple guineo a la vista de todos?
O descalzo en la cocina de su hermana, ayudandole, fregando los platos, como cualquier ciudadano?
Eso me recuerda la historia de Angela Merkel, que recientemente dijo que en su casa no tenia servicio y que ella cocinaba, fregaba y hacia todos los oficios. Y al marido le tocaba lavar la ropa.
Merkel, estuvo 18 anos como Canciller de Alemania, y ha sido considerada 14 veces como la mujer mas poderosa del planeta, sin embargo vive en la misma residencia en que vivia antes de ser Canciller y disfruta hacer sus compras ella misma en el supermercado, donde hace fila para pagar y carga todo ella misma.
El presidente Luis Abinader tiene ese mismo estilo, se sabe que a el le gusta hasta conducir su propio vehiculo, y la Primera Dama, Raquel Arbaje, por igual.
Son gente sencilla, cercana, real.
Esta imagen de Roberto le hace mucho bien no solo a el, sino a toda la clase politica dominicana, para que entiendan que asi deben ser y asi deben comportarse siempre, no como si fueran » dioses del Olimpo » sino como ciudadanos comunes y corrientes que tienen el privilegio de una funcion publica, pero para servir a un pueblo, que es quien paga con sus impuestos todo y es el verdadero soberano.