Vacuna de Pfizer contra COVID-19 se ve efectiva en un 90%

Pfizer Inc. informó el lunes que su vacuna contra el COVID-19 podría tener una efectividad de 90%, basándose en resultados tempranos e incompletos que de todas formas generaron una enorme explosión de optimismo en un mundo desesperado por un medio para finalmente controlar el catastrófico brote.

El anuncio fue efectuado menos de una semana después de unas elecciones presidenciales vistas como un referendo sobre la forma como el presidente Donald Trump ha manejado el flagelo, que ha provocado la muerte de más de 1,2 millones de personas en todo el mundo, incluyendo casi un cuarto de millón tan sólo en Estados Unidos.

“Estamos en una posición en la que posiblemente podremos ofrecer algo de esperanza”, le dijo a The Associated Press el doctor Bill Gruber, vicepresidente de desarrollo clínico en Pfizer. “Nos sentimos muy alentados”.

Ahora Pfizer, que está desarrollando la vacuna junto con su socio alemán BioNTech, se encamina a solicitar este mes la aprobación para su uso de emergencia por parte de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), una vez que tenga a la mano la información sobre inocuidad.

Pero aun si todo marcha bien, las autoridades han hecho énfasis en que es improbable que haya alguna vacuna disponible antes de que concluya el año, y los limitados suministros iniciales serán racionados.

El doctor Anthony Fauci, el principal experto en enfermedades infecciosas del gobierno estadounidense, dijo que los resultados que dejan entrever una efectividad del 90% son “simplemente extraordinarios”, y que “no mucha gente esperaba que sería tan elevada”.

“Va a tener un gran impacto en todo lo que hacemos respecto al COVID”, señaló Fauci, en un momento en el que Pfizer tiene una aparente ventaja en la carrera mundial para desarrollar una vacuna contra el virus.

El doctor Bruce Aylward, asesor de la Organización Mundial de la Salud, dijo que la vacuna de Pfizer podría “cambiar fundamentalmente la dirección de esta crisis” para marzo, cuando la agencia tiene esperanzas de poder empezar a vacunar a grupos de alto riesgo.

Los mercados mundiales, ya de por sí animados por la victoria de Joe Biden en las elecciones presidenciales, se alegraron por la noticia de Pfizer. El S&P 500 concluyó la jornada con una ganancia de 1,2%, mientras que el Dow Jones subió más de 800 puntos. Los títulos de Pfizer ganaron más de 8%.

De todas formas, el anuncio del lunes no significa que sea inminente la llegada de una vacuna: este análisis interino, efectuado por una junta independiente que monitorea datos, examinó 94 infecciones registradas hasta la fecha en un estudio que tiene cerca de 44.000 participantes en Estados Unidos y otros cinco países.

Algunos de los participantes sí fueron vacunados, mientras que otros recibieron inyecciones de un placebo. Pfizer Inc. no proporcionó detalles específicos, pero para que la vacuna sea efectiva en un 90%, casi todas las infecciones debieron haber ocurrido en los que recibieron un placebo. El estudio aún está en curso, y la farmacéutica advirtió que la tasa de protección inicial podría cambiar conforme se añaden más casos de COVID-19 a los cálculos.

El doctor Jesse Goodman de la Universidad Georgetown, exdirector de la división de vacunas de la FDA, consideró que los resultados parciales son “extremadamente prometedores”, pero señaló que aún hay muchas interrogantes por responder, como cuánto duran los efectos de la vacuna y si protege a los ancianos tan bien como a los jóvenes.

Trump, que durante la campaña presidencial insinuó repetidas veces que para el día de las elecciones podría haber una vacuna lista, tuiteó el lunes: “El mercado bursátil sube mucho, la vacuna viene pronto. Reportan que es 90% efectiva. ¡Muy buenas noticias!”

Por su parte, Biden recibió la noticia con beneplácito, pero advirtió que aún podrían faltar muchos meses para que haya vacunas a nivel generalizado en Estados Unidos, y le advirtió a los estadounidenses que mientras tanto sigan usando mascarillas y guardando el distanciamiento social. Dijo que el país aún tiene un “invierno oscuro” por delante.

Las infecciones confirmadas de coronavirus en Estados Unidos superaron el umbral de los 10 millones el lunes, la mayor cantidad para cualquier país en el mundo. Los casos nuevos se encuentran a niveles sin precedente de más de 100.000 diarios. Y se teme que en los próximos meses mueran decenas de miles de personas más, al arribar el clima frío y las fiestas de fin de año.

La vacuna de Pfizer está entre cuatro candidatas que ya están siendo sometidas a enormes estudios en Estados Unidos; y en otros países hay otras en ensayos clínicos. Otra compañía estadounidense, Moderna Inc., también tiene esperanzas de presentar una solicitud ante la FDA este mes.

Las vacunas de las dos compañías están hechas con una tecnología totalmente nueva. Estas “vacunas mARN” no están elaboradas con el coronavirus en sí, lo que anula la posibilidad de que alguien pudiera infectarse al ser vacunado. En lugar de ello, la vacuna contiene un trozo de código genético que entrena al sistema inmunológico para reconocer una proteína en la superficie de los viriones.

El momento del anuncio de Pfizer probablemente avive sospechas infundadas de los simpatizantes de Trump de que la industria farmacéutica retuvo las noticias hasta después de los comicios.

Pfizer ha insistido en que su trabajo no está influido por la política y que está “avanzando a la velocidad de la ciencia”. Sus observadores independientes de datos se reunieron el domingo, analizando los resultados de las pruebas para el COVID-19 hasta ahora y notificándole a la farmacéutica.

En un principio Pfizer optó por no participar en la llamada Operación Velocidad Warp del gobierno de Trump, que ayudó a financiar las investigación y manufactura de media docena de fabricantes de vacunas. En lugar de ello Pfizer dijo que ha invertido 2.000 millones de dólares de su propio dinero para hacer pruebas y ampliar su capacidad de fabricación. Pero en julio, la empresa firmó un contrato para suministrarle a Estados Unidos 100 millones de dosis a un costo de 1.950 millones de dólares, suponiendo que la FDA le dé el visto bueno a la vacuna.

Pfizer dijo que su única participación en la Operación Velocidad Warp es que esas dosis forman parte de la meta del gobierno de tener 300 millones de dosis de vacunas contra el COVID-19 listas en algún momento del año próximo.

La elevada eficacia de la vacuna fue sorpresiva. Los científicos han advertido durante meses que cualquier vacuna contra el COVID-19 podría ser sólo tan buena como las vacunas contra la influenza, cuya efectividad es de aproximadamente 50% y requieren aplicarse una vez al año. Fauci dijo este año que se sentiría complacido con una vacuna contra el coronavirus que fuera efectiva en 60%.

Sea cual sea el nivel de protección que se logre alcanzar, nadie sabe si la gente tendrá que vacunarse contra el coronavirus con regularidad.

Además, los voluntarios en el estudio fueron vacunados contra el COVID-19 sólo si desarrollaban síntomas, por lo que no se sabe si la gente vacunada podría infectarse pero no mostrar síntomas y contagiar a otras personas sin percatarse.

Pfizer calcula que podría tener 50 millones de dosis disponibles a nivel mundial para fines de 2020, suficientes para 25 millones de personas.

Public Citizen, un grupo de defensa de los consumidores, consideró que la difusión de los datos preliminares e incompletos es “ciencia mala”, y dijo que cualquier entusiasmo por los resultados “debe ser atemperado” hasta que los revisen la FDA y sus expertos independientes.

“Información crucial ausente del anuncio de las compañías es si tienen evidencia de que la vacuna previene casos graves de COVID-19 o reduce hospitalizaciones y fallecimientos debido a la enfermedad”, señaló el organismo.

AP

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